El enclave rural de El Llano, desde donde se contempla una panorámica de la ciudad medieval de Caravaca de la Cruz, fue el elegido para la construcción de este edificio, concebido originariamente como albergue final o lugar de recogimiento de los peregrinos que hicieran el camino de la Vera Cruz. Se distribuye en cuatro plantas, con un total de cincuenta habitaciones y está dotado de unas amplias zonas comunes que ofrecen todo tipo de servicios.